“Cayucos” es un documental dirigido por María Miró que narra la
realidad de la inmigración clandestina hacia canarias, tomando como
punto de partida a los propios inmigrantes y sus familiares. Cuenta las
distintas caras de este problema: los menores inmigrantes, las
deportaciones, las penurias del viaje, las familias que los ven partir
e incluso la muerte que encuentran muchos de ellos en la travesía.
La primera escena del documental, que en total dura
cincuenta minutos, invita al espectador a tomar conciencia con la
realidad que se vive en un pueblo pesquero de Senegal. A través de los
pensamientos de un anciano ciego, sentado cara al mar, hacia el
horizonte, donde dos pequeños pasean por la playa dos cayucos de papel,
la película plantea la reflexión del futuro de esos niños, “en otra
África”.
Los testimonios de los repatriados aportan más realismo al drama.
Uno cuenta su experiencia con detalles de su recorrido hasta las playas
marroquíes para embarcar en patera hasta Lanzarote, su estancia de 29
días en un centro de retención y el regreso forzoso a Senegal. Volvió a
intentarlo porque en su país no puede salir adelante. Culpa al gobierno
senegalés de corrupción y de falta de ayudas para que miles de familias
salgan de la pobreza. Algunos han intentado emigrar de forma
clandestina hasta seis veces, pese a que insisten en que la travesía es
muy dura, “al ver que algunos perdían la memoria o la razón”.
Las palabras de las madres y esposas de los inmigrantes fallecidos en
las travesías en el intento de llegar a Canarias es sobrecogedor. La
peligrosidad del trayecto entre ambas costas se pone de manifiesto en
este reportaje. Si la narración de los que sobrevivieron es dura, los
gestos, las palabras y las caras de las madres y viudas muestran
desolación y tristeza.
“Sólo le pido a Dios que allí donde esté sea mejor que esto”,
suplica una de las madres, que aparece junto a su nieto y a la mujer de
su hijo, quien cuenta que al morir su marido se ha quedado sin nada
para vivir. No obstante, no se encuentra solución al problema y se
siguen construyendo cayucos, “pero muchos de ellos no saldrán a pescar,
partirán cargados de gente para alcanzar la otra orilla y trabajar”,
según indica el narrador del documental. Uno de los puntos de reflexión
se refiere “a la falta de futuro en la pesca, puesto que el gobierno ha
vendido nuestro mar a otras potencias”.
Noticia extraida de Kinoki.