Según un estudio realizado por la Universidad del País Vasco (UPV) y el Observatorio Vasco de Inmigración-Ikuspegi, la población inmigrante del País Vasco goza de buena salud física y mala salud emocional. Una vez más las peor paradas son las mujeres, quienes soportan las peores condiciones de vida, tensiones y sobrecargas.
La verdad es que no me extraña que la salud emocional de las y los inmigrantes no sea buena y si no, lean el último informe de SOS RACISMO relacionado con la situación de este colectivo en el Estado Español.